


Pintura abstracta
La pintura me acompaña como lenguaje desde hace treinta años. Una idea es infinita, porque infinitas formas hay de representarla. Siempre estoy aprendiendo maneras de representar y cuanto más aprendo, más me queda por saber.
Evolución
Mi primer maestro de pintura fue Rodolf Figuerola, pintor expresionista abstracto, cuando tenia 13 años. Me enseñó la técnica al óleo y como era muy curiosa, me dejaba total libertad para huir de los bodegones. Adoro el olor de los estudios donde se pinta al óleo; es un recuerdo muy feliz.
La segunda época determinante en mi formación pictórica fue en el bachiller previo a la universidad, donde conocí la obra de Tapies, Barceló y me enseñaron a experimentar con barnices sintéticos, pigmentos , técnicas mixtas y grandes formatos.
Mi formación pictórica se perfeccionó en Bellas Artes, donde a través de asignaturas como procedimientos pictóricos y en la especialización de restauración, aplicando técnicas antiguas (como el temple o el fresco), y estudiando la historia y la química: su composición, o como si pintas por capas adecuadamente, mejoras la compatibilidad, favorececiendo la durabilidad.
Y desde 2011 y debido a la influencia de Tapies y su relación con el zen, empecé con la pintura tradicional japonesa, sumi-e. Aprendí los Cuatro Honorables Caballeros en Casa Asia de Barcelona de la mano de Mihono Ono, su aplicación sensible con los talleres de arte y poesía en la Fundación Tapies, y actualmente sigo formándome con la maestra Maria Eugenia Manrique.